
El 28 de octubre de 2017, se celebró una reunión solo para niños en el Salón Cultural de la Ciudad de Itabashi, como parte de la segunda fase de la campaña "¡Familia Unida!". En ella participaron 11 niños que solicitaban un permiso de residencia especial y sus simpatizantes. Esto fue posible gracias a la firme petición de quienes solicitaban un permiso de residencia especial en el evento de lanzamiento de la campaña, celebrado el mes pasado, de "crear un espacio para que los niños conversaran a solas". Los niños compartieron sus reflexiones principalmente sobre sus relaciones familiares, la vida escolar, su futuro profesional y su empleo, y se generó un animado intercambio de opiniones.
La familia es el ente más cercano a los niños, pero sus sentimientos hacia ella varían según la situación. Algunos niños expresaron opiniones francas como: «Entiendo la situación de que mis padres no puedan regresar a su país de origen, pero a veces siento que mis padres son responsables de mi continua estancia irregular», y pudimos ver el conflicto en sus corazones.
En cuanto a la vida escolar, todos comentaron que estudiaban mucho y se divertían con sus amigos. Sin embargo, los niños que pertenecían a clubes deportivos comentaron que les preocupaba lesionarse y no podían jugar con todas sus fuerzas. Esto se debe a que los residentes irregulares no pueden inscribirse en el seguro médico, por lo que no pueden recibir tratamiento fácilmente en los hospitales. Aunque parezcan tener una vida escolar plena, el impacto de no tener permiso de residencia es inevitable.
Los retos futuros para los niños son, por supuesto, su futuro y la búsqueda de empleo. A los inmigrantes indocumentados no se les permite trabajar, por lo que no pueden encontrar empleo. Algunos niños hablaron de su difícil situación: incluso si cursan estudios superiores, ni siquiera pueden conseguir un trabajo a tiempo parcial para cubrir sus gastos de matrícula.
Además, en la reunión también estuvieron presentes personas que anteriormente fueron niños sin estatus de residente, y fue impresionante que, basados en sus propias experiencias, dieran palabras de aliento a los niños, diciéndoles: “Nunca se rindan”.
Al final de la reunión, los niños escribieron en tarjetas su firme deseo de obtener la residencia y permanecer en Japón. Esperamos presentar estas tarjetas al negociar con el Ministerio de Justicia. Seguiremos trabajando arduamente para garantizar que se cumplan sus sinceros deseos.