Llegué a Japón hace 20 años sin saber nada de japonés, así que al principio fue difícil. Conocí a mi esposo en 1993 y tenemos un hijo de 13 años que actualmente asiste a una escuela secundaria pública. El costo de vida en Japón es alto, por lo que es difícil criar a un hijo. Como madre, trabajaré duro para asegurarle un futuro brillante.
Participo como voluntaria en la educación bilingüe de niños biculturales en una iglesia local. Es importante enseñarles los valores positivos de Filipinas, incluyendo el cristianismo, así como los valores japoneses. Al mismo tiempo, quiero aprender japonés y amar Japón, mi segundo país.
Estoy agradecido a APFS por apoyar a la comunidad extranjera y espero que el gobierno japonés también implemente más políticas para los extranjeros que viven en Japón.APFS es mi familia y creo que la familia es la base de la sociedad.
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